Editorial
Pluralizar la escuela
Mi abuela me quiso mucho por eso nunca me mando a la escuela, porque la escuela que construyeron los que llegaron tenía paredes tan altas que impedía que los niños miraran el mar, aprendieran matemáticas contando las olas, calcularan distancias por el ruido del viento, iniciaran la escritura de sus nombres sobre la arena mojada, sin lápiz y sin papel…
Machado, 1996 (citado en Ramona Bolívar 2020, p. 1)
La escuela (en singular) suele estar sujeta a una manera de pensarla, solo basta con preguntarle a un grupo de personas aleatoriamente sobre su forma de reconocer la escuela y encontraremos que hay rasgos comunes, ¿estarán hablando de lo mismo? Algunas de las respuestas podrían ser: “es un lugar que discrimina”, “no es democrática”, “reproduce determinados saberes occidentales”, “no se preocupa por los aprendizajes diversos” etc. Seguramente quien esté leyendo este editorial también se sentirá identificado con estos argumentos. Es necesario volver a interpelar: ¿esta escuela en singular qué es? Con el ánimo de dar cuenta de este interrogante, pero utilizando un método de demostración en el campo de las matemáticas, hablaremos de un objeto, desde su negación o contraparte. Es un ejercicio sencillo y nos valdremos de un fragmento del texto la Escuela al revés, de Eduardo Galeano (1998):
La escuela del mundo al revés es la más democrática de las instituciones educativas. No exige examen de admisión, no cobra matrícula y gratuitamente dicta sus cursos, a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado, por primera vez en toda la historia de la humanidad, el poder universal. En la escuela del mundo al revés, el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos. (p. 9)
En este sentido, la escuela no es solo eso que pensamos, sino que atraviesa matrices culturales que la determinan. Claramente están presentes las políticas educativas, pero también están las relaciones de poder que se ejercen con el barrio, la ciudad, los conflictos y la cotidianidad. Podríamos, entonces, centrar ahora la mirada en las “s”, nos referimos a ver más allá del espejo o mejor, a mover el zoom y como ocurre en las cámaras fotográficas, detallar con calma y tiempo las escuelas.
Bajo esta lupa, los y las lectoras del segundo número de la Revista Polifonías podrán entrecruzarse con las voces de las escuelas, las comunidades y los territorios. Cada uno de los relatos fue escrito por estudiantes, maestros y maestras de la Licenciatura en Educación Comunitaria y es un viaje por las instituciones educativas que se acompañan en el marco de las prácticas pedagógicas y de los procesos de investigación.
Agradecemos la colaboración como Comité Académico al equipo de maestras de la Práctica Pedagógica, fase 2: Escuela, Comunidad y Territorio, liderado por la maestra Mariela Guerra, por la compilación y revisión de los textos.
Las fotografías que acompañan este número son de autoría de la maestra Janeth Galeano, en varias instituciones educativas de la ciudad, donde la licenciatura en Educación Comunitaria recrea diálogos pedagógicos con la comunidad.
Bogotá, 2020
Comité Editorial
Sonia Torres Rincón – Miguel Ángel Franco – Julio Palacios – lecodh, 2020
Referencias
Bolívar, R. (2020). Las familias en la escuela. Revista de Infancia latinoamericana, (27). https://www.rosasensat.org/revista/numero-27-las-familias-en-la-escuela/editorial-las-familias-en-la-escuela/
Galeano, E. (1998). Patas Arriba: La escuela del mundo al revés. Madrid: Siglo XXI.
